Ensayo argumentativo
Elaborado por: Manuela Muñoz Bocanegra
La vida desde siempre se ha considerado un gran misterio,
teniendo como consecuencia la creación de ciertas creencias que se desarrollan
de acuerdo al contexto social y cultural en el que nace una persona, como lo es
la creencia del destino. Tener la idea de un destino es gratificante para
algunos, porque de este modo se tiene la esperanza de que hemos nacido con un
objetivo de vida ya escrito, que se encuentra fuera del alcance humano y es
algo que inevitablemente debemos de cumplir en un tiempo determinado. Por otro
lado se encuentra la idea del destino alterable o modificable, aquel que dice
que existe, pero se forma a partir de nuestras acciones, es decir, este destino
es una consecuencia de nuestra vida cotidiana. Y por último se encuentran las
personas que simplemente no creen en el destino; ciertamente estas personas
viven del presente, construyendo su futuro día a día con base en sus acciones e
ideas; siendo más libres de los pensamientos preocupantes de un destino ya
escrito.
Es por esto que me atrevo a afirmar que existen personas que tienen la creencia del
destino inalterable o algunas creen que este se puede modificar con acciones,
pero también existen aquellas almas que deambulan por el mundo viviendo del
presente. Personalmente creo en el destino modificable, debido a que es más
esperanzador creer que ya se tiene un objetivo predestinado, a simplemente
creer que no se tiene nada y que nuestras acciones caigan en el vacío del
futuro. Vivir conforme a la creencia de un destino, no quiere decir que no se
viva del presente; solo quiere decir que se tiene más conciencia a la hora de
actuar, para un mejor futuro, sin dejar de lado la verdadera aventura de la
vida.
El destino como lo conocemos, es incierto; nadie sabe lo
que puede suceder, ni está preparado para ello. Por ejemplo la vida es
incierta, hoy vivimos pero al segundo podremos morir; con esto no quiero decir
que el destino de todos es morir; antes por el contrario creo que la muerte no es un destino. Para mí
la muerte es un ciclo que debemos de cumplir, como lo es el ciclo de crecer,
madurar, reproducirse, entre otros. La vida se basa de ciclos, que debemos de
cerrar. Así pues, destino son todas aquellas acciones que facilitan el cierre o
apertura de ciclos y oportunidades.
De acuerdo con Giovanni Papini:" El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad". Es lógico pensar que el escritor italiano nos quiso plantear, que el destino, por más predispuesto que ya este, siempre dependerá de nosotros mismos definir un rumbo. Nuestro destino esta compuesto de elecciones; cada elección es una parte de nosotros. Las elecciones que el ser humano va tomando en su vida son con base a su criterio personal. Cada elección tiene una pizca de libertad, más no en su totalidad; puesto que ciertas elecciones están limitadas por las situaciones que nos rodea. En pocas palabras, el destino son pedazos de nuestro ser, que se va creando con base en experiencias buenas o malas.
Podemos concluir, que el concepto destino siempre estará
ligado a las creencias que tenga un ser humano; este concepto dependerá de la
subjetividad de cada individuo. Para mí
el destino siempre dependerá de las acciones humanas individuales, nunca
estando limitada por algo hipotético posiblemente no real. Por otro lado, el
destino es aquella metáfora que está en una constante “relación” con la vida,
aquella metáfora que simplemente no revela detalles de lo que verdaderamente
podría llegar a significar; aquella metáfora que como cualquier metáfora, nos
atrae, confunde y absorbe nuestros pensamientos, solo para intentar entenderla;
aquella metáfora que siempre será entendida exclusivamente por cada lector.
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